LOS VALORES Y LOS PRINCIPIOS DE LA FAMILIA


En el mundo que vivimos, muchas veces los padres nos preguntamos: ¿estoy dando buen ejemplo a mis hijos? Los valores son los pilares de la educación de nuestros hijos. Para transmitirlos de la manera correcta debemos de convertirnos en el ejemplo a seguir. Cuando son pequeños, los niños no juzgan si lo que hacen los padres está bien o está mal, porque realmente no saben diferenciarlo, por ello, simplemente observan y aprender de la figura más importante de sus vidas: sus padres. Por eso, no debemos de actuar a la ligera y ser congruentes en lo que decimos y hacemos.

10 VALORES

1. La empatía. El niño tiene que aprender a ponerse en el lugar del otro, entender como piensan y las emociones que sienten. Es un valor necesario para la convivencia.
pasarnos, podemos utilizar el elogio cada vez que realice una buena acción o tarea.


4. El compromiso. Es un valor que se va adquiriendo con el paso de los años,. Los nuños demostraran madurez y responsabilidad. Debe de saber la importancia el valor que tiene el prometer algo o dar su palabra.


5. La gratitud. Es importante y valioso que reconozcamos a nuestros hijos las cosas que hace bien por nosotros. 

6. El optimismo. Es importante que sepan vivir el día a día con entusiasmo y entusiasmo y optimismo, buscando siempre el lado bueno de las cosas a pesar de los golpes que les de la vida. Deben de huir de todo pensamiento negativo. 


7. La amistad. Nuestro hijo debe de aprender el valor de la amistad y del mutuo afecto que nace con el contacto de otras personas. 


8. La voluntad. Todas las cosas importantes que se quieran conseguir deben de ser a través de la voluntad. Debemos e de quitarles la manía a de intentar conseguir las metas al mínimo esfuerzo. 
9. La felicidad. Debemos de contagiarles nuestra felicidad para así transmitírsela a ellos, para ello es importante vivir el día con alegría, optimismo, sentido del humor solo aquel que es feliz podría transmitir felicidad. 
10. La paciencia. Ayudará a controlar y canalizar su impulsividad mostrando una actividad paciente y serena.
10 PRINCIPOS


1- DISPONIBILIDAD:
Consiste en dedicar tiempo (¡que es lo que menos tenemos!) a atender a nuestros hijos y esposo/a. Con los adolescentes, por ejemplo, no vale lo de "este tema ya lo hablaremos el sábado con tranquilidad, cariño". Para el sábado, tu hija de 13 años ya se ha emborrachado con una amiga y van a hacer lo que se les ocurra, porque el padre estaba des localizado, como las empresas. Hay que estar disponible, porque hay problemas que sólo se arreglan en el momento en que el otro se anima a plantearlo y pide ser escuchado. Recordemos que nuestros padres, al morir, sólo nos dejan realmente el tiempo que pasaron con nosotros. Demos tiempo al otro. 


2- COMUNICACION PADRES E HIJOS: 
que los padres hablen menos y escuchen más. En muchas familias, cuando un padre o madre dice "hijo, tenemos que 
hablar", el chaval piensa "uy, malo, malo". ¿Por qué? Porque sabe que los padres cuando dicen "tenemos que hablar" quieren decir "te voy a soltar un discurso por algo tuyo que no me ha gustado". Esto cambiaría si los padres se hicieran un propósito: dedicar el 75% a escuchar y sólo el 25% a hablar. 
Escuchar a los hijos (o al cónyuge, a cualquiera) es un esfuerzo activo. Hay que soltar el diario, quitar el volumen de la TV, girar la cabeza hacia quien te habla, mirar a los ojos, expresar atención. Eso es escucha activa, que es la que sirve para mejorar la autoestima de tu familia. 


3- COHERENCIA EN LOS PADRES Y AUTOEXIGENCIA EN LOS HIJOS: 
Uno es coherente cuando lo que piensa, siente, dice y hace es una sola y misma cosa. No tiene sentido decirle a los niños desde el sofá: "eh tu, ayuda a mamá a quitar la mesa". Hay que dar ejemplo primero. Tú,padre, has de quitar la mesa durante 5 días, que te vean. El quinto día dices a tu hijo: "venga, ahora entre los dos". Y dos días después: "estoy orgulloso de ti, ahora ya has aprendido y ya puedes quitar la mesa tú sólo". Y él se sentirá orgulloso de quitar la mesa. Así aprenden a autoexigirse, que es mucho mejor que tenerlos vigilados 24 horas al día. Esto es un progenitor potenciador, motivador, animador y protector al mismo tiempo. 
También pedimos a los niños que estudien pero ¿nos ven a nosotros estudiar,leer revistas de nuestro oficio, ponernos al día en nuestra especialidad? Hemos de poder decir: "mira, hijo, nosotros también estudiamos". 


4- TENER INICIATIVA, INQUIETUDES Y BUEN HUMOR, ESPECIALMENTE CON EL CONYUGE. 
Estos tres factores son útiles para la autoestima familiar. En España el buen humor no suele escasear. Pero la rutina es un enemigo en las relaciones conyugales y con los hijos. El punto clave es que haya creatividad e iniciativa en la vida de pareja y eso se contagiará a toda la familia. Las mejores horas deben ser para compartir con el esposo o esposa. 
Ser papá o mamá no debe hacernos olvidar que somos "tú y yo, cariño, nosotros". Creatividad e iniciativa protegen a la pareja de la rutina. Cuando hay rutina, es fácil que uno de los dos busque la "magia" añorada fuera, en otras relaciones. Por el contrario, si la pareja va bien, los hijos aprenden su "educación sentimental" simplemente viendo cómo se tratan 
papá y mamá, viendo que se admiran, se halagan, se alaban, son cómplices. "Cuando sea mayor trataré a mi mujer como papá a mamá", piensan los niños entusiasmados. Eso les da autoestima. 


5- ACEPTAR NUESTRAS LIMITACIONES Y LAS DE LOS NUESTROS. 
Hay que conocer y aceptar tus limitaciones, las de tu cónyuge, las de tus hijos. Pero es importantísimo no criticar al otro ante la familia, no criticar a tu cónyuge ante los niños, o a un niño ante los hermanos, comparando a un hermano "bueno" con uno "malo". Eso hace sufrir al hijo y le quita autoestima. Es mejor llevarlo aparte y hablar. 
Seamos sinceros: no tiene sentido que andemos llamando "campeón" a nuestro niño que nunca ha ganado nada. Si ha perdido un partido de fútbol, no le llames campeón. Ha de aprender a tolerar la frustración, acompañado, eso sí. También hemos de saber (grandes y pequeños) que somos buenos en unas 
cosas y no en otras. "Hijo, pareces bueno en A y en B, pero creo que C no es lo tuyo". Reafirmemos al otro en lo que vale, y se verá a sí mismo como lo que es, una persona valiosa. 


7- ESTIMULAR LA AUTOESTIMA PERSONAL 
Uno se hace bueno a medida que va haciendo cosas buenas. Es importante que lo entiendan los hijos. Lo que se hace es importante: hacer cosas buenas nos hacer buenos a nosotros. Esta idea ayuda a tener autonomía personal, hacer las cosas por nosotros mismos, para mejorar nosotros. 


8- DISEÑAR UN PROYECTO PERSONAL 
No irás muy lejos si no sabes donde quieres ir. Quedarte quieto no es factible, uno tiende a volver a quedarse atrás. Has de tener un proyecto personal para crecer, y atender y ayudar a discernir y potenciar los proyectos de los tuyos. 


9- TENER UN NIVEL DE ASPIRACIONES ALTO, PERO REALISTA 
Hemos de jugar entre lo posible y lo deseable. Si aspiramos alto, nos valoraremos bien, tendremos autoestima. Pero, ¿es factible? Debemos conjugar un alto nivel de aspiraciones con la realidad de nuestras capacidades y recursos. 


10-ELIJAMOS BUENOS AMIGOS Y AMIGAS 
El individualismo es el cáncer del S-XXI. Nosotros y nuestros hijos estamos atados a máquinas gratificantes: el DVD, la TV, la videoconsola, Internet... El trabajo en solitario va minando la amistad verdadera. ¡Los amigos comprometen mucho y al individualista no le gustan los compromisos!

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